jueves, 3 de julio de 2008

Shakespeare veraniego Lear-Scofield

Hola a todos.
Acabo de descubrir que hace más de un mes que no dejaba post. Ciertos asuntos laborales no me dejan subir a mis árboles últimamente, y este ritmo endiablado va seguir durante unos meses más, por lo que mi blog-bosque quedará algo abandonado.

En todo caso había algo que quería hacer desde hacía tiempo, aunque necesito de algunas horas para disponerlo todo de modo que no sea yo quien únicamente disfrute.

Bien, ya se conoce mi admiración por el señor Paul Scofield, pero no se conoce tanto mi particular cariño por una obra de Shakespeare que me parece grandiosa, El Rey Lear, quizá porque no es una obra más de reyes, bufones, maquiavelos, confusiones y tensiones emocionales. La trama de Lear podría ser tan regia como burguesa, tan anglosajona como hispana. Es la más humana de las tragedias de Shakespeare, la más cercana.

La historia de Lear es algo conocida, pero la resumiré: el rey Lear quiere conocer la devoción de sus tres hijas, Regan, Goneril y Cordelia, las dos primeras le "doran la píldora" a conciencia pero Cordelia evita el juego de las adulaciones, por lo que su padre, furioso, la aparta de su lado. Regan y Goneril consiguen sus propósitos, ellas y sus esposos se hacen con una herencia adelantada del padre, y una vez tomado el poder se despreocupan de este, echándolo de sus casas una tras otra, traicionando su confianza, castigando a sus siervos y nobles leales y empujándolo a la locura progresiva.

Paul Scofield llegó a Lear en los años sesenta del pasado siglo XX, en la plenitud de su carrera como actor. Fue un Lear joven que supo envejecer en el escenario y proyectar a un rey enérgico que se pierde. Su Lear, que es también el Lear del director Peter Brook fue llevado a los escenarios con gran éxito, incluso en Rusia, y años después convencieron al actor para hacer la película. De todos los Lear que he visto es el que más me gusta, muy alejado del perfil de viejo que acaba chocheando, de ser débil con demencia precoz, un perfil usual en los Lear.

Junto a Scofield un elenco de grandes actrices y actores, grandes profesionales como Irene Worth, Jack MacGowran o Susan Engel.


Voy a dejar en los próximos días 3 secuencias del Lear de Brook, en cada una de ellas Lear está con alguna de sus hijas en tiempos distintos de la obra.

En esta secuencia Goneril ha echado a su padre de su morada, argumentando que sus siervos son seres llenos de vicio que corrompen a su propia servidumbre "invita" a su querido padre el rey Lear a salir de su casa. Lear, asombrado por el desprecio, se despide con una de las maldiciones más refinadas que he escuchado nunca. Pongo el texto en inglés y su traducción en español.







KING LEAR


Hear, nature, hear; dear goddess, hear!
Suspend thy purpose, if thou didst intend
To make this creature fruitful!
Into her womb convey sterility!
Dry up in her the organs of increase;
And from her derogate body never spring
A babe to honour her! If she must teem,
Create her child of spleen; that it may live,
And be a thwart disnatured torment to her!
Let it stamp wrinkles in her brow of youth;
With cadent tears fret channels in her cheeks;
Turn all her mother's pains and benefits
To laughter and contempt; that she may feel
How sharper than a serpent's tooth it is
To have a thankless child!


REY LEAR

¡Óyeme, Naturaleza! ¡Escucha, diosa amada!
Si fue tu voluntad hacer fecundo
a este ser, renuncia a tu propósito.
Lleva a sus entrañas la esterilidad.
Sécale los órganos de la generación,
y de su cuerpo envilecido nunca nazca
criatura que la honre. Y, si ha de procrear,
que su hijo sea de hiel y sólo viva
para darle tormentos inhumanos.
Que le abra arrugas en su frente juvenil,
le agriete las mejillas con el llanto
y convierta las penas y alegrías de una madre
en burla y menosprecio, para que sienta
que tener un hijo ingrato duele más
que un colmillo de serpiente.

7 comentarios:

Freia dijo...

He visto la escena varias veces porque me ha fascinado especialmente el poder de las palabras. El ritmo, la cadencia, la fuerza de la media voz las dotan de una música especial. Las hacen poderosas.
Es un placer volver a su jardín sr. Barón.

Ana dijo...

Tremendo.
EStupendo, potente, sobrecogedor.

Ya era hora de que hiciera acto de presencia, oiga!!

Que su agobio laboral sea finito en el tiempo, liviano... un conjuro benevolente tras la maldición de Lear, que no tiene desperdicio.

Un beso.

Cósimo dijo...

Hola Freia!

Exacto, así es Shakespeare, música, en inglés hay que seguir una regla estricta para leer sus versos, un ritmo dee 5 tiempos creo (o algo así...).
Y Scofield le da otra dimensión, algo alejada de las referencias más clásicas de la interpretación, este buen hombre manejaba las pausas y las cadencias como nadie, curiosamente no es el actor del acento perfecto o el actor de las maneras grandiosas, es el actor, no de la gran dicción, sino de las tonalidades y los gestos breves.

Va a ser complicado, porque tengo que encontrar y adecuar el texto, pero espero poner dos escenas más.


Tormento!!, gracias por venir, ya le he dejado un mensaje en su blog, se lo merecen usted y el señor Hierro.

Me ha gustado la idea del conjuro, así lo espero, si es que yo solo quiero un poquito de tiempo para leer sobre papel y no sobre pantallas deslumbrantes, que es lo que me agota más, después de los trasiegos automovilísticos. Espero saber organizarme para no abandonar el blog.

Hasta pronto.

fritus dijo...

Don C�simo, un placer su vuelta...y un placer este pedazo de escena que nos ha preparado y que le pone a uno el vello como escarpias.

Un abrazo

Cósimo dijo...

Gracias Fritus. A mí también me impresionó la primera vez que lo ví. El mérito, a mi juicio, es de ese pedazo de actor que es Scofield, y también del director, pero he visto esa escena en otros Rey Lear y no me ha impresionado tanto, y el texto creo que merece esa tensión.

PAsaré por su blog ahora mismo.

fritus dijo...

Oiga mire, que ya sé que he venido hace poco pero no resisto pasarle un link, a usted y a los paseantes, de otro momento emocionante, oiga...
http://es.youtube.com/watch?v=OAvmLDkAgAM

bueno, quizás es un poco facha esto de la exaltación guerrera...pero eran menos..we few, we happy few, we band of brothers...y eso les salva.

Un abrazo

MORGANA dijo...

Me encanta el Rey Lear, bueno en verdad, todo lo que venga de Shakespeare.
Vaya, si, muy refinada, pero aguita con la maldición.
Un abrazo.