miércoles, 9 de abril de 2008

Hagar en el Desierto, de Tissot



Este cuadro de Tissot, el mejor a mi parcer de un pintor no especialmente brillante, me ha recordado dónde vivo, cual es mi paisaje nativo, aunque matices, a dónde pertenezco en fin.


No tengo por costumbre hacer comentarios políticos. Sigo, eso sí, otros blogs que los hacen, incluso con blogueros del todo comprometidos en lo político, pero es una conversa de la que suelo huir, como en lo religioso, se tienden a malinterpretar las cosas y se gasta mucho tiempo en hacerse entender para no sufrir los prejuicios ajenos.


Pero hoy tengo que ser patriota, de patria chica y de patria grande, porque hay cosas que no se pueden esquivar, y porque todo llega a un colmo difícil de escalar.


El sureste peninsular esta sediento, no es una cosa de ahora, es una cosa de hace mucho, de hace tanto que en su momento, hace unos 30 años, algunas regiones tuvieron que crear estructuras hídricas modernas que aseguraran el agua para consumo humano y racionalizaran el uso del agua para sus abundante cultivos de frutales y huerta. Esas estructuras son lo que permite que, por el momento, no haya que ducharse a la antigua usanza, con palangana y demás artilugios en refinado equilibrio.


Al sureste se le ha acusado de derrochar el agua, de esquilmar los cultivos, de desperdiciar sus recursos en favor del sector turístico. Pero si bien hay ciertas acusaciones que tienen algo de fundamento, el fundamento se quiebra ante otras valoraciones. ¿Ácaso son algunas regiones del sureste las únicas que se han agarrado al sector turístico para ver crecer su economía?, ¿qué alternativa se les da a los agricultores que ven cómo se les niegan unos recursos necesarios para el mantenimiento de un sector que había sido puntero, como es el del frutal y las hortalizas?.


Tras derogar el trasvase del Ebro, que era concedido a última hora por el gobierno del presidente Aznar, hubo que escuchar a honorables presidentes (ahora en las garras de enfermedades infames) negar el pan, la sal y el agua a regiones como Murcia, "ni una gota de agua" llegaron a escuchar los murcianos mientras los vecinos machegos, (como los albaceteños que utilizan Murcia para hacer compras y pasar un buen rato), le ponían fecha de defunción al trasvase del Tajo. Ahora, en esas latitudes de honorables presidentes, van sintiendo ya la garganta seca y los cultivos de escarola y lechuga (menos costosos que los de frutales) piden agua aunque sea en barco, trasladada desde las desaladoras de los desiertos almerienses.


Pero lo que más duele es escuchar y observar la actitud de inmediatos gobiernos de la nación, que, pedida el agua, ya han hecho balance del costo del transporte y las posibilidades futuras, esto, semanas después de negar, nuevamente, un trasvase de agua para algunos cultivos murcianos, "agua sí, pero sólo para consumo humano".


Yo no sé exactamente cual es la idea de España del señor Zapatero y su gobierno. Yo no sé en qué piensan cuando hacen política, en qué pensaban sin ir más lejos, cuando derogaron el trasvase (más que estudiado en su impacto ambiental y etc., etc.), yo no sé si ellos saben, que el problema de abastecimiento de agua no se reduce a unas regiones y comarcas que son la avanzadilla del desierto en la península, tampoco sé qué piensan el resto de los políticos del país, ni el resto de los habitantes de la piel de toro. Sé lo que piensan algunas amistades mías aragonesas, y es que Aragón disfruta de caudales suficientes que, bien aprovechados, darían para compartir con otras comunidades.


En esta España dual se puede sentir el corazón doblemente helado, por un lado por nacer en una región o en una comarca pobre, pobre de ideas, pobre de ambiciones nobles y de aspiraciones con perspectiva de futuro, y por otro lado por nacer en una nación desintegrada con políticos que hablan de pluralidad enriquecedora y niegan a los hijos de esa riqueza las oportunidades que merecen.

3 comentarios:

Freia dijo...

Me alegro sr. Barón de haber leído un comentario como éste, porque yo llevo mucho tiempo intentando entender por qué mis "correligionarios" mantienen posturas como la que se ha mantenido en Aragón o Cataluña.
Sabe Vd. bien que soy de la cuerda zapateril (aunque no en todo, por fortuna) pero le confieso perpleja que sigo sin entender por qué siguen empecinados en el no a los trasvases.
Al hilo de un antiguo post mío sobre el agua ya tocamos el tema. Mientras en este país no se haga una reforma del Plan Hidrológico Nacional como Dios manda (claro que todavía tenemos pendiente también la reforma agraria que es peor), no habrá un intento real de solucionar el problema. La sequía del sudeste español es previa a los campos de golf. Y aunque tiene narices que en una comarca semi o quasi desértica les haya dado por crear instalaciones tan costosas y no fáciles de mantener, no es menos cierto que no son los únicos desatinos turístico-urbanísticos que se están realizando en este nuestro país. Se me viene a la cabeza ahora ese proyecto disparatado del casino que tienen pensado construir en los Monegros o los desastres de urbanizaciones en primera línea de playa de la costa gallega o asturiana.
Cuando discuto sobre este tema, mis amigos tachan mi deducción de simplista, pero siempre he pensado que el agua hay que repartirla, como otras muchas cosas, que no es un bien exclusivo del que en teoría lo posee porque pasa por sus tierras. El agua debería poder ser llevada desde donde sobra hasta donde es escasa y punto. Resulta curioso que los mismos que abogan por que el agua pertenece a aquellos por cuyo territorio pasa, se olviden curiosamente de los que vienen detrás de ellos, geograficamente hablando, en lo que tocante al cauce de los ríos. Con ello me estoy refiriendo clarísimamente a los castellanos viejos o a los andaluces. Si no fuera porque el gobierno de Portugal se puso muy serio y se llegó a un acuerdo de disfrute de las aguas del Duero, Tajo o Guadiana, seguramente poca agua habrían poseído éstos al entrar en Portugal.
Resulta curioso ver cómo se malgasta el agua en un país que no la posee, mientras gobiernos de todo tipo han mirado para otro lado por no coger el toro por los cuernos. Que el Guadiana ya no nazca en las lagunas de Ruidera, que éstas estén medio secas, que aquél ya no tenga ojos, que las Tablas de Daimiel estén tocadas de muerte, nos da una idea de como derrochamos, sobreexplotamos, malgastamos algo que no nos pertenece en propiedad, sino sólo como bien común. Y aunque cueste reconocerlo, con todo el cachondeo que se formaba siempre que se inauguraba uno, menos mal que se construyeron pantanos, si no, a estas horas, estábamos todos en alerta roja.
De todas formas, ya sabe que soy lega en la materia y puede que me equivoque de medio a medio en mis juicios, incluso en mis razonamientos. No sé por qué me da la impresión de que Vd. sabe bastante más al respecto. Tengo una duda, sáqueme del error. Tenía entendido que el trasvase Tajo-Segura se suspendía porque se estaba llegando a la línea roja, por debajo de la cual, el trasvase no era posible (no sé si sensu stricto o sensu lato).

Cósimo dijo...

Al trasvase Tajo-Segura le quieren poner caducida en 2015; no sé exactamente si de verdad hay problemas inmediatos de abastecimiento en Castilla, lo que sé es lo que Murcia tuvo que hacer para no tenerlos. El problema no es que se detenga el trasvase por imposibilidad sino que no se de una alternativa a quienes dependen de él...

Yo abordo este problema desde su sentido moral. LAs cosas podrían ser mejores, claro que sí, si todos dispusieramos de políticos y administradores con sentido común... pero ¿quien cuida de que el ciudadano no se vea afectado por la mala práctica o la mala previsión? ¿por qué se fomenta en algunas comunidades un nacionalismo político que quiere blindar ríos y recursos imprescindibles? aún más, ¿porque tanta hipocresía ante demandas, básicamente, justas?

Dardo dijo...

Una delicia leerle algo tan polémico y sin embargo casi parece una estampa de costumbre acerca de la cultura del agua.

Yo abordo esta cuestión desde el manejo de un concepto que creo básico: el dominio público.

Precisamente fue la Ley de Aguas de 1866 la que introdujo este término en el ordenamiento jurídico español (proveniente de Francia).

Sólo nuestra sempiterna cuestión territorial (la tensión Estado-regiones) puede explicar esta situación donde los límites están deliberadamente entreverados.

Lo peor es que estamos de parches (estancándonos en nominalismos sobre si esto es o no es trasvase) y posponiendo coger el toro por los cuernos. Dos alternativas: PHN (que iba con financiación FEDER) o desaladoras. Sinceramente me parecen más contaminantes y de más impacto las desaladoras. Eso sí; los mares se nutren de los ríos (sobretodo los mares cerrados como el Mar de Aral) y es importante no sobreexplotar (no trasvasar más allá del caudal natural).

Saludos.