Un científico, cuyo nombre omitiremos, parece que ha descubierto algunas de las claves de la homosexualidad. Los homosexuales, dice el investigador, son hombres que han quedado “atrapados” en su edad infantil, de ahí que sean tan imaginativos, de ahí, que muchos grandes artistas sean homosexuales.
Cuando se leen estas cosas en los periódicos se acaba reflexionando sobre la realidad de la enseñanza académica, sobre su verdadero valor, sobre el curioso mercado editorial, sobre lo fácil que es que una persona no muy inteligente llegue a tener un puesto de relevancia en el escalafón social y hasta llegue a ser respetada y admirada.
Y es que hay quien se conforma con mirarse en el espejo cada día y pensar: estoy estupendo, SOY ESTUPENDO.
Perdón por haber utilizado a Caravaggio, ya hablaremos de este pintor un día de estos.
Cuando se leen estas cosas en los periódicos se acaba reflexionando sobre la realidad de la enseñanza académica, sobre su verdadero valor, sobre el curioso mercado editorial, sobre lo fácil que es que una persona no muy inteligente llegue a tener un puesto de relevancia en el escalafón social y hasta llegue a ser respetada y admirada.
Y es que hay quien se conforma con mirarse en el espejo cada día y pensar: estoy estupendo, SOY ESTUPENDO.
Perdón por haber utilizado a Caravaggio, ya hablaremos de este pintor un día de estos.
6 comentarios:
Desgradaciadamente hay demasiada gente mediocre en puestos de relevancia y de poder.
Un abrazo.
Tienes más razón que un santo Lucía. Muy interesante tu blog.
La mediocridad es lo que hace que los demás "brillemos", no le parece, milord??
Estoy un tanto susceptible... vigilaré mi copa.
Interesante y nuevecito, su blog.
Suerte!
Al menos, árbol, es lo que consigue que seamos algo más divertidos, ingeniosos y, decididamente, más libres... pero, por favor, no es necesario que se dirija a mí con tanta diplomacia... me conformo con un "señor barón"...;)
arrinconé, quité de circulación, un libro sobre el narcisismo con una espantosa portada con este espantoso cuadro de caravaggio.
Los libros de psicología me espantan por su espantoso mal gusto en cuanto al diseño; porque parecen escritos por religiosos: prosa abominable en general; y porque no me aportan absolutamente ningún conocimiento real nuevo.
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